Ya entrado al camino tienes esta vista
El grupo de árboles a la izquierda
fue la meta alcanzada en la primera excursión
y la de ahora el pastizal con la plantación de pinos, en rigor no más de 1 km. de avance
El objetivo es llegar a la montaña del fondo,
es decir se puede llegar a Calfuco o a los Pellines.
La vista que voy dejando atrás
Hasta aquí llegue, luego de comprobar
que el sendero no continua al borde de la ribera
Las dos últimas casas, al parecer de de los dueños de los terrenos a esta altura,
no ví a nadie, pero ellos probablemente me vieron.
Uno de los portones que hay que pasar por el sendero,
les llamaría portones de respeto, porque eso es lo que se siente al franquearlos.
Un minuto de excursión
Hola a
todos
El verano
cobra sentido si uno gasta el día en una buena excursión.
Después de
la primera a la rivera del Rio Cutipay, sabía que vendría otra porque del trayecto
que me había propuesto calculaba que me quedaba al menos la mitad.
Tenía que contar con varias horas, pero pensé
que bastaría con una tarde completa ahora que los días son aún largos. Creí también
que bastaba con salir un par de horas antes del peak de calor, que normalmente
va de 4 a 6 de la tarde. Por tanto comencé la marcha a las 13 hrs.
Con lo que
no contaba era que la vez anterior había venido en primavera y ahora la
temperatura era mucho mayor, sobre todo porque en esta área se produce un
cañadón que conserva el calor y si al lado del mar la temperatura era 26 grados
aprox., aquí la sensación térmica era claramente de más de 30…
La no
continuación del sendero al borde de la rivera, el cerco junto a la plantación
de pinos y la temperatura fueron la causa de no poder avanzar más. Siendo realista
había rebajado mis expectativas de llegar esta vez a la meta Calfuco (mar)
o Los Pellines (montaña) sí contaba con
llegar al menos hasta el astillero al fondo del Río.
Al regresar
un trabajador me decía que había
llegado justo hasta el cerco de la familia Jaramillo ( los constructores de
embarcaciones) y que ese era el único cerco (no uno de varios como pensé) y
que ellos me habrían dicho por donde seguir.
En esta excursión el calor se convirtió en lo decisivo y
pese a que buena parte del trayecto se hace a la sombra, bastaba
con pocos metros al sol para hacer insoportable la marcha. Traté de ser prudente y descansaba a menudo, bebí toda el agua que llevé, mojé polera
y camisa y refresqué la cabeza en los arroyos.
De
vuelta al puente Cutipay tomé la micro
de regreso a Niebla. Era más temprano de lo que había calculado para volver y
pensé que tenía tiempo para hacer algo más… Me bajé en la fería costumbrista y
me tomé dos vasos de mote con huesillo,
ahí recién me di cuenta que había
gastado toda mi energía… Para no extenderme en detalles diré que al día
siguiente no salí ni al patio.
Ig